PATATAS FINAS, UN TESORO DE NUESTRA TIERRA

Como ya hemos dicho en anteriores ocasiones, nuestra comarca de el Barco de Ávila en 1989 obtuvo el reconocimiento de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) para las judías aquí cultivadas, convirtiéndose así en el primer producto leguminoso en obtener dicho reconocimiento. Dentro de este IGP se recogen las siete variedades de alubias (judión, morada larga, pipo morado, planchada, riojana, arrocina y garbancera) cultivadas en la comarca de El Barco de Ávila que va desde la zona de influencia de el Barco de Ávila hasta la zona de Piedrahita.

Desde que se obtuvo este IGP, las judías de El Barco de Ávila han obtenido una merecida fama mundial avalada por sus excepcionales cualidades culinarias. Pero aunque las alubias son el producto estrella de la comarca, existe otro producto de la tierra, muy conocido entre las personas del lugar, pero no tanto de cara al exterior: las patatas finas.IMG_20190419_144531

Las patatas finas son una variedad autóctona que no tiene ningún parecido con ninguna otra variedad del país, fácilmente reconocible por la gran cantidad de ojos que presentan en la superficie y su color interior amarillo pálido. Son unas patatas de tamaño no muy grande y excepcionales para la cocina. Con ellas, la abuela prepara uno de sus platos estrella, patatas finas con arroz o con bacalao. Las personas de más edad del lugar, nos cuentan que estas patatas se cultivan en la zona desde hace muchísimos años y que sus padres y abuelos ya las cultivaban, motivo suficiente para que nosotros las cultivemos y aportemos nuestro granito de arena para su conservación.

Mientras que en otras zonas hace tiempo que las patatas están sembradas, nosotros esperamos hasta finales de abril o principios de mayo para sembrarlas y reducir la probabilidad de que se hielen.

El primer paso para su plantación es elegir las patatas adecuadas para la siembra. Nosotros junto a las patatas finas también sembramos  patata roja muy típica de la zona y otras patatas rosas y moradas. Mientras que las patatas finas por su tamaño las sembramos enteras, el resto de patatas más grandes las cortamos en trozos dejando mínimo uno o dos grillos por trozo. Las patatas las troceamos la víspera de plantarlas para que suelten todo el almidón, también podemos ponerlas ceniza en el corte para evitar la aparición de hongos.img_20180806_122652.jpg

La tierra debe estar suelta y con tempero, con humedad. Nosotros como regamos por goteo, no realizamos surcos. Cavamos una zanja y en el caso de que la tierra no tenga humedad suficiente, damos un buen riego y dejamos que se drene el agua. En el fondo de la zanja, colocamos una buena cama de estiércol curado o humus, colocando encima las patatas, para a continuación taparlas con la tierra.IMG_20190507_120337

Si la tierra tiene buen tempero, las patatas no deben regarse hasta que hayan nacido para evitar pudriciones. A medida que la planta va creciendo podemos ir aporcando el tallo para que aguante con más fuerza la verticalidad.

A lo largo del cultivo, el mayor problema que solemos sufrir es el escarabajo de la patata. Nosotros no tratamos nuestros cultivos con químicos, por lo que la mejor manera de controlar esta plaga es mantener una buena biodiversidad en la huerta que favorezca el control biológico, atrayendo así depredadores naturales que nos ayudarán a mantener sanos nuestros cultivos. Aun así, revisamos las plantas cada cierto tiempo, retirando a mano los escarabajos y sus huevos que encontremos.

Al final del verano, nuestras patatas estarán listas para ser sacadas de la tierra. Para ello, cuando la parte aérea de la planta se esté secando, dejaremos de regarlas, cortaremos la planta desde el tallo y la dejaremos en la tierra hasta que termine de secarse totalmente. Cuando observemos que la planta cortada esté totalmente seca, (a los10-15 días) será el momento de sacar las patatas. Este truco nos lo enseñó un amigo y la verdad que las patatas engordan bastante en esos últimos días.

Cuando saquemos las patatas, las dejaremos en la tierra para que terminen de secarse antes de guardarlas en un lugar seco y oscuro para que se mantengan en perfectas condiciones.

Al sacar las patatas, la tierra se encuentra suelta y con jugue, en condiciones idóneas para sembrar algún tipo de cultivo de otoño-invierno como pueden ser berzas, coles o brócolis.

Quien no conozca este tipo de patatas finas, recomiendo que si tiene la oportunidad no deje de probarlas, son un placer para los sentidos y un tesoro de la tierra que debe cuidarse.

 

Autor: La Huerta Socarrá

Amantes de la naturaleza que queremos conservar nuestras semillas libres locales

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